miércoles, abril 7

origenes del taller

EL PASADO EN EL PRESENTE DEL TALLER

La palabra taller proviene del francés “atelier”, y significa estudio, obrador, obraje, oficina. También define una escuela o seminario de ciencias a donde asisten los estudiantes. Aparentemente el primer taller fue un obrador de tallas. ( Verse: L . DA VINCI )(Inteligencia Genial,, M. Gelb.)

De una manera o de otra, el taller aparece, históricamente, en la Edad Media. En aquella época, los gremios de artesanos pasaron a ocupar el lugar de los mercaderes. Esta organización de trabajadores se continúo hasta el siglo XIX.

Sólo los “maestros” artesanos eran miembros del gremio y llegar a serlo no era fácil. El “maestro” hábil en su oficio aceptaba en su taller a un cierto número de aprendices, quienes comenzaban su aprendizaje alrededor de los 12 años. Durante su entrenamiento, que podía prolongarse entre cinco y doce años, según la habilidad requerida, los aprendices compartían casa y comida con el “maestro”. Una vez completada su formación, el aprendiz adquiría la condición oficial, y aunque estuviera en condiciones de abrir su propio comercio, aún no podía incorporarse al gremio. Para ser admitido debía rendir exámenes orales y presentar su “obra maestra”; aprobados estos requisitos, pasaba a ser “maestro”. Como vemos, el taller, como lugar de trabajo y aprendizaje, no es un hecho novedoso y, con los años, fue incorporándose en distintas áreas.

El adiestramiento de discapacitados y marginados sociales incluye actividades de taller, las carreras de arquitectura y artes visuales también lo incorporan para entrenar a los estudiantes a partir del hacer.

El lenguaje cotidiano habla de “atelier” para designar el lugar de trabajo, el estudio de pintores, ceramistas, escultores.

En las últimas décadas aparece la palabra “workshop” en los programas de formación, de extensión universitaria y de posgrado relacionados con la Psicología y otras ciencias referidas al hombre.

Es reciente en nuestro país la difusión del taller en las escuelas, mucho más en la tarea cotidiana del aula. En un principio los talleres se relacionaron con la práctica, las actividades prácticas, literarias y expresivas.

Personalmente creo que hoy se puede pensar en el taller vinculado tanto a las actividades manuales y creativas o expresivas como al aprendizaje de materias instrumentales: Matemáticas, Lecto - escritura, Ciencias Sociales. Tal vez, esa tan reciente difusión entre nosotros haga pensar que sólo se trata de una moda; otros encontrarán que ya en estas épocas han trabajado “como en taller”, aunque no se llamaran de ese modo. Comprender sus fundamentos teóricos e ideológicos, ampliarlos a través del seguimiento del proceso de aprendizaje según esta modalidad, realimentar los descubrimientos con la investigación, la reflexión y el hallar nuevos enlaces conceptuales, permitirá el salto cualitativo.

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